Cuerpos-X: El Tormento del Superhéroe Mutante (Parte I)

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Las estrategias narrativas constituyen tecnologías de adaptación, existen para asistir al conocimiento. Así, por ejemplo, la metáfora del ciberespacio en la novela de William Gibson Neuromante, permite una proyección imaginaria legítima del espacio invisible donde circula la información. A su vez, esa proyección permite revisar el concepto de posibilidad de lo humano en la cultura electrónica. Más que una reconciliación mitológica, una ilusión, la ficción otorga lo que Jameson ha llamado "mapas cognitivos" del sujeto (posiblemente reconfigurado) dentro de un espacio intolerable. Cuando estas estrategias funcionan, la narrativa puede ser un banco de pruebas para las condiciones del ser. Peter Brooks afirma que "las estrategias narrativas modernas parecen producir una transformación semiótica del cuerpo a la vez que una somatización de la historia: el cuerpo debe ser la fuente y el locus del significado, y que las historias no se pueden contar sin hacer del cuerpo el vehículo principal de la significación narrativa". De acuerdo, Brooks está hablando de Proust y Lawrence, no del Hombre de Plástico ni de La Cosa; sin embargo, creo que la narrativa del superhéroe presenta una somatización significativa de preocupaciones sociales posmodernas. Los cómics de superhéroes encarnan una ansiedad social, especialmente relacionada con el cuerpo adolescente y su estatus dentro de la cultura adulta. Los cuerpos de los superhéroes son misteriosos, dotados de habilidades mágicas; aunque son cuerpos marginales dentro del corpus literario occidental, esto no debe disuadirnos para no admitir su importancia. Mas allá del uso de la magia corporal como escape, las culturas que han desarrollado un simbolismo corporal lo usan para enfrentarse a la experiencia vital con su inevitable dolor.

Los cómics de superhéroes presentan narrativas del cuerpo y fantasías corporales que encarnan el enaltecimiento y la ansiedad, la maestría y el trauma. Los cómics narran el cuerpo en historias y lo imaginan en dibujos. El cuerpo es una obsesión central. Está contenido y delimitado; se convierte en una fuerza irresistible y en un objeto inamovible. El cuerpo se agranda y disminuye, se vuelve invisible o está hecho de piedra, explota en millones de átomos y se recompone a voluntad. El cuerpo desafía la gravedad, el espacio y el tiempo; se divide y conquista, se convierte en fuego, vive en el agua y es más ligero que el aire. El cuerpo adopta cualidades animales, se funde con la vegetación, se fusiona con el metal. El cuerpo es asexuado y homosexual, heterosexual y hermafrodita. Incluso la mente se torna cuerpo: es telepática, telequinética, suplantable y controlable. El cerebro de Brainiac sobresale de su cabeza, visible como una parte más de su cuerpo externo. El cuerpo es un accidente de nacimiento, un freak de la naturaleza o la consecuencia de la tecnología volviéndose loca. El cuerpo del superhéroe lo es todo; un mapeado "corporal", más que "cognitivo, del sujeto en un sistema cultural.




Quien crea que el apogeo de los superhéroes ya pasó, solo tiene que entrar a una tienda de cómics para ver estanterías y estanterías de cómics nuevos. La Patrulla X es, a la vez, una película, una serie de TV, un videojuego; Lo mismo pasa con Batman, Spiderman, Iron Man, Daredevil, etc..., la televisión y el cine quieren apropiarse del tirón del superhéroe en el mercado de masas. Incluso Superman volvió a salir en los periódicos (aunque se exageró sobremanera la noticia de su muerte). La presencia del superhéroe, un icono popular desde la década de los 30, es ahora cada vez más ubicua.

En el centro del revival se encuentra La Patrulla X. (continuará)